Thursday, January 15, 2009

La Guerra del Yom Kippur


La Guerra del Yom Kippur, también conocida como Guerra del Ramadán o Guerra de Octubre, fue un enfrentamiento armado a gran escala entre Israel y los países árabes de Egipto y Siria dentro del denominado conflicto árabe-israelí. Supuso la última guerra total, en múltiples frentes, entre Israel y sus vecinos árabes, y un punto de inflexión en la historia de dicho conflicto. Egipto y Siria lanzaron una ofensiva militar por sorpresa contra Israel coincidiendo con la festividad hebrea del Yom Kipur (6 de octubre de 1973), traspasando la línea de armisticio del Sinaí y de los Altos del Golán, que habían sido conquistados por Israel durante la Guerra de los Seis Días en 1967.

La Guerra

El 6 de octubre de 1973, día del Yom Kippur, fiesta judía, Egipto y Siria lanzaron su ataque contra Israel. La fecha había sido escogida con cuidado desde el punto de vista táctico, ya que la mayoría de la población civil israelí estaba ayunando y se encontraría en las sinagogas, las defensas estarían descuidadas y muchos soldados estarían de vacaciones (sin embargo los permisos del Yom Kippur habían sido cancelados por el jefe del estado mayor Israelí David Eleazar). La fecha tiene además una connotación simbólica para los musulmanes, pues según el calendario musulmán un 6 de octubre Mahoma decidió entablar la Batalla de Badr que le dio la primera victoria musulmana contra los infieles de la tribu de Quraish.

La profundidad territorial conseguida gracias a los nuevos territorios conquistados en 1967 (una barrera natural de 250 kilómetros de desierto con Egipto, y el desierto de Judea y los Altos del Golán en los frentes jordano y sirio), proporcionaba a Israel la posibilidad de renunciar por primera vez en su historia a un ataque preventivo y dejar que los árabes hiciesen el primer movimiento, con el coste político internacional que debería suponerles una acción semejante. Esa baza estratégica, junto a la euforia por la fulgurante victoria en la Guerra de los Seis Días y su superioridad aérea, hicieron que Israel dudase de que los árabes se atreviesen realmente a realizar un ataque a gran escala, por lo que los israelíes se vieron sorprendidos y abocados a una desesperada defensa tanto por tierra como por aire.

El 8 de octubre unidades blindadas israelíes iniciaron una contraofensiva para detener el avance sobre Galilea en el frente norte. Se usó muy poco la aviación, vistas las bajas de los primeros días, y se empleó a fondo la superior movilidad de las unidades blindadas israelíes. A las 48 horas del contraataque, los sirios se encontraban de nuevo en ese frente en las posiciones iniciales antes de la guerra, con unas pérdidas de material superiores al 80%.

En el frente norte, la presión sobre los sirios fue aumentando, aun con gran número de bajas. Se les desplazó hacia el Kushniya y se superaron las trincheras. La persistente acción israelí se vio sorprendida por una nueva ofensiva siria el 9 de octubre en Kuneitra que duró varias horas.
Finalmente los sirios carecían de suministros suficientes y sus columnas de blindados y vehículos de transporte debieron frenar la acción y fueron superadas por el ejército israelí. El día 10 de octubre, los problemas sirios permitieron a la aviación israelí actuar destruyendo diversas bolsas de unidades sirias aisladas causando un gran número de bajas y pérdidas de material. Las pocas fuerzas restantes se retiraron a las fronteras anteriores al inicio de la guerra. El día 8 de octubre, la aviación israelí había castigado puntos estratégicos del Alto Mando sirio en la propia Damasco como respuesta a los cohetes Rana-7 que los sirios habían lanzado sobre la población israelí.

La moral siria había decaído desde entonces. El 11 de octubre, unidades acorazadas israelíes se internaron en el corazón de Siria por el Norte, superando el monte Hermón sin tomarlo y por el centro se avanzaba hacia la capital. Por el sur el avance era rápido hasta que fue obstaculizado por tropas iraquies que habían penetrado en Siria para apoyar la operación que, sin embargo, fueron rápidamente eliminadas y tomado el punto estratégico de Tel Shams, a pesar de que también unidades blindadas jordanas se unieron al intento de contraofensiva siria.

En estas posiciones, Israel dispuso una línea defensiva muy fuerte y se quedó a 40 kilómetros de Damasco, amenazando con el uso de la artillería sobre la capital.
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